Cabra

CABRA

AIRES MUDÉJARES, MUCHO AGUA Y UNA ANIMADA VIDA SOCIAL

Esta es una de las localidades más frescas y apetecibles de la campiña, además de una de las más antiguas, ya que sus primeros asentamientos datan de la época paleolítica. En la actualidad, con 21.000 habitantes, es un lugar perfecto para pasearlo sin prisa y dejarse llevar por los aires mudéjares que se respiran por todo el casco antiguo de la ciudad.

A través del Barrio de la Villa, donde estaba la antigua Licabrum, uno tiene la sensación de pisar una antigua almedina. Los restos de la muralla árabe (siglo XI), la parroquia Mayor de La Asunción y Ángeles, conocida como mezquita del barroco y las espectaculares vistas a la campiña desde esta parte más alta de la ciudad dibujan a la perfección el perfil de un territorio que ya está en los límites con la Sierra Subbética.

El Barrio del Cerro es además sabor popular de la ciudad, y el más antiguo. Del siglo XI, sus calles blancas, sus balcones con flores y sus rincones con fuentes, como el de la Iglesia de San Juan del Cerro (fundada en el siglo VII), merece un paseo.

Ya en la parte más moderna de la ciudad, el Museo Arqueológico (antigua casa palaciega de Martín Belda) muestra piezas sorprendentes, y el Círculo de la Amistad, antiguo convento de San Juan de Dios, es un encantador casino decimonónico con un patio cordobés muy fresco y con mucho encanto. La plaza de toros de la localidad, de 1857, es el coso taurino más antiguo de la provincia.