Lagar de los Frailes

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Aguilar de la Frontera vinos montilla-moriles
lagar de los frailes we love montilla moriles

Fundación:  1887

Municipio:  Aguilar de la Frontera

Producción:  No disponible

HISTORIA

Este lagar situado en Moriles Altos es uno que dio lugar a la llamada “Aldea de Zapateros”, apareciendo ya en el primer padrón de 1887 con el nombre de Los Frailes o del Carmen, advocación de los Carmelitas Descalzos y dedicado a la crianza y elaboración de vinos finos, amontillados y otras variedades. Cuenta con 3 bodegas, una de ellas con más de 300 barricas de roble americano y rodeando las diferentes instalaciones, sus 18 fanegas de viñedo de la variedad Pedro Ximénez.

El Lagar de los Frailes comienza su andadura en 1981, cuando Jesús Pérez de Cisneros, natural de Puente Genil, un enamorado de los vinos generosos y gran aficionado al flamenco, adquirió un lagar centenario llamado Lagar de los Frailes, en la zona de calidad superior denominada Moriles Altos. Sus antepasados ya elaboraban vinos en Puente Genil, con marcas tan señeras como Fino Ana María, Fino CR o Natilla.

El Lagar de los Frailes es uno de los 13 Lagares que dieron lugar a la Aldea de Zapateros, el origen de la localidad de Moriles, apareciendo ya en el primer padrón de 1887 con el nombre de «Los Frailes» o «del Carmen», advocación de los «Carmelitas Descalzos”.

La idea primigenia tras la compra del lagar fue la de comercializar el vino envasado, procediendo este exclusivamente de las 36 fanegas de viñedo que tenía la parcela en su origen, y que criara en las bodegas del mismo lagar.

La crisis que sufren los vinos generosos en los años 80 y 90 impide el desarrollo del proyecto en su totalidad, y aunque se hacen más de diez vendimias, el vino solo llega a comercializarse a granel, trabajando como almacenistas para otras bodegas de mayor tamaño. Con el paso del tiempo, el Lagar disminuye su actividad y los vinos permanecen en crianza estática durante más de 20 años, realizándose solo pequeñas sacas de vinos viejos para abastecer algunas importantes bodegas de nuestra D.O.

Es en torno al año 2010 cuando se empiezan a revitalizar las bodegas, ante el temor de que se pierda el patrimonio enológico que estas encierran. Comienzan a clasificarse y homogeneizarse los vinos, y es aquí cuando aparecen unos finos viejísimos muchos de los cuales, aún a pesar del tiempo, mantienen increíblemente una débil crianza bajo velo de flor junto a amontillados, olorosos e incluso, Palos Cortados, hechos por concentración y de forma natural.

Estos procedían exclusivamente de las vendimias realizadas en los años 80 y 90 en el lagar, de ahí su carácter salino y “afilado”. También se adquieren nuevos mostos para revitalizar la crianza, siempre de viñedos pertenecientes a la zona de Moriles Altos.

En el año 1917, tras el fallecimiento de Jesús Pérez, cuatro de sus hijos, herederos de esa pasión por estos vinos, deciden mantener este patrimonio para poder culminar un proyecto que por diversos avatares de la vida quedó inconcluso. De esta forma Cristóbal, Dolores, Ana y Charo Pérez, se hacen cargo del lagar y la bodega, con la idea de poner en valor las joyas enológicas que esta atesora, y continuar con la crianza y elaboración, con una clara vocación de vender los vinos envasados y darles el valor añadido que merecen. Para ello cuentan con la colaboración de Cristina Osuna, enóloga y gran conocedora de los vinos generosos y Alfonso Fernández, ambos pertenecientes al panel de Cata de la D.O Montilla-Moriles.

Rodeado por 11 Has de viñedo de la variedad Pedro Ximénez, en la actualidad el lagar mantiene su estructura arquitectónica original de un patio central de labor en torno al cual se agrupan varias bodegas, una sala de catas y la zona de envasado. La bodega de conos es es uno de los lugares más auténticos del lagar. Contiene 35 tinajas de cemento armado con un entarimado de madera, en las que se vierte el mosto. En ella se produce la fermentación y se forma la magia de el primer velo de flor. La bodega principal, parcialmente enterrada, consta de 340 botas viejas de roble americano, algunas de ellas con más de 100 años de antigüedad, en las que tiene lugar la crianza mediante el sistema de criaderas y soleras.

 

VISITAR

El lagar se puede visitar previa cita, llamando al teléfono 607 65 43 75 y abre todos los días de 9 a 17.00 horas.

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