RUTA SEMANAL
Espejo – Montilla – Fernán Núñez – Montemayor
Texto: Rosa Marqués @rocamarca | Fotografía: Javier Portero @estudio.casa.palop | Foto de portada: Las vistas de la Campiña Cordobesa, desde las terrazas del castillo de Espejo, abierto al público.
Tiempo de lectura: 8 minutos
Recorremos las localidades de Espejo, Montilla, Fernán Núñez y Montemayor, en la comarca de vinos Montilla-Moriles para darte pistas de cómo disfrutar de la buena vida por la Campiña Cordobesa y al fresco.
Solo por la estampa que ofrece el campo en septiembre, con la vendimia en todo su esplendor en paisajes escenográficos como la Sierra de Montilla y Moriles Altos, merece la pena una escapada a esta comarca sembrada de pueblos blancos sobre pequeñas lomas en los que las formas de vida rural no ha desaparecido.
Eso sí, en esta ruta por la Campiña Cordobesa no abandonarás la sombra y los lugares donde corre el aire, siempre al fresco. Y para eso, nosotros te damos las pistas: Al final del artículo encontrarás toda la información útil para organizar la visita tú mismo.
Más terrazas con vistas: Estas la del hotel boutique Casa Almara, en Espejo, una antigua casa del siglo XIX restaurada.
VIERNES POR LA TARDE
Espejo, para descansar como un rey
Llegar a la localidad de Espejo a la caída del sol es un espectáculo. El imponente castillo, uno de los castillos de Córdoba mejor conservados, tiene una romántica iluminación nocturna y una atmósfera mágica que invita a pasear de noche. Y lo mejor, puede visitarse al completo.
Ubicado en lo alto de una loma, sobre la que se desparrama el pueblo, desde las terrazas del castillo se muestra la campiña en toda su extensión y si agudizas la vista, observas un hito informativo, sobre el Cerro de las Dehesillas. Esto es porque ahí mismo fue donde el fotógrafo Robert Capa y su compañera Gerda Taro tomaron la famosa fotografía “Muerte del miliciano”, en 1936, durante la Guerra Civil española. Pero si hablamos de fotografías tomadas en Espejo –una localidad de poco más de 3.300 habitantes– que hayan dado la vuelta al mundo entonces la que premió la National Gallery de Londres se lleva la palma. La imagen, obra de Paco Bellido, un astrónomo caza lunas cordobés, muestra una luna llena enorme detrás del castillo de Espejo. La pinacoteca londinense la utilizó para ilustrar la portada de uno de sus famosos catálogos. La postal de Espejo se hizo viral.
Suelos originales, maderas naturales… la restauración artesanal resulta impecable en las 8 cómodas habitaciones.
Pero Espejo es mucho más que estas fotografías. En este apacible pueblo de cuestas infinitas y paredes blancas, donde la vida de siempre, apegada al campo, aún se palpa es el refugio perfecto para un periplo por la comarca. Lo notas nada más llegar, cuando los vecinos te saludan por Las Calleras, el bouvelar convertido en el centro social del pueblo, pero que antaño fueron las eras, de ahí su nombre actual, Las Calleras, donde se trillaba el trigo y se venteaba. Trigo. Otra de las postales típicas que verás por las carreteras secundarias colindantes a tu paso. Dan ganas de bajar del coche y hacerse unas cuantas de fotos en estos escenarios.
Muy cerca de las Calleras, nuestro alojamiento, Casa Almara, es una antigua casa del siglo XIX convertida en un encantador hotel boutique, de solo 8 habitaciones, elegante y auténtico. Bricio nos abre el portón con una sonrisa. La casa ha sido restaurada durante tres años y el resultado es impecable: puertas y suelos antiguos, paredes blancas encaladas, muebles con sabor, un patio fresco que nos da la bienvenida y algunos elementos decorativos traídos desde Marruecos por su propietario, Iván, un hijo adoptivo de Espejo casado con una espejeña que han apostado fuertemente por el territorio Montilla-Moriles. Calidad y autenticidad a partes iguales.
Espejo está ubicada sobre un cerro. Por aquí anduvo el fotoperiodista Robert Capa y tomó la famosa foto Muerte de un Miliciano.
Esa noche, después de ver el atardecer desde una de las fabulosas terrazas del hotel, con vistas a la Campiña Cordobesa y después de haber picoteado unas chacinas del pueblo -son muy famosos sus chorizos y morcillas que compramos nada más llegar– y brindar con un vino fino de Montilla-Moriles, salimos a cenar por Las Calleras y nos volvemos para descansar. Al día siguiente tenemos reservada la visita a este imponente castillo.
SÁBADO POR LA MAÑANA
El Castillo de Espejo, una visita imperdible
Si la iluminación nocturna de esta fortaleza que fue y es vivienda palaciega te conquista por la noche, lo hará aún más la visita al interior apta también para niños. Es una clase de historia. El castillo de Espejo, bien conservado, es un museo vivo de la historia de la comarca. Prácticamente todas las estancias están habilitadas y abiertas al turismo. En él se alojó también Juana La Loca y es que esta fortaleza data del siglo XIII y principios del XIV –aunque sufrió varias modificaciones tras la Guerra Civil española–.
El castillo de Espejo es una visita obligada (también apto para niños) que te deja con ganas de más.
Hoy día el castillo de Espejo sigue siendo propiedad privada. Pertenece a las cuatro herederas de Ángela María Téllez-Girón, Duquesa de Estrada, XVI duquesa de Osuna, que a su vez era hija de la muy querida en el pueblo Petra Duque de Estrada, quien vivió durante largas temporadas en esta fortaleza y construyó colegios para los niños más desfavorecidos de la localidad. Su castillo-palacio está lleno de recuerdos de ella y de sus ancestros, mobiliario antiguo, obras de arte… . La casa de Osuna era una de las cuatro familias nobiliarias más importantes de España.
La biblioteca, recién abierta al público, guarda también un sinfín de documentos, legajos, manuscritos y libros antiquísimos, como un enorme volumen del siglo XV que se expone al visitante y que es un traspaso de poderes del condado de Ampuria, escrito a mano y con escudos en oro. El salón comedor, con la mesa vestida, la capilla, el patio, la sala de campo y la cocina, el mirador, la biblioteca… se recorren y dejan con ganas de más.
El movimiento Visitemos el Castillo trata de abrir al público el castillo de Montemayor, cerrado a cal y canto.
Montemayor, pasear por el entorno del Castillo cerrado
De Espejo a Montemayor se tarda 15 minutos en coche. La carretera te regala paisajes agrícolas evocadores: trigo, viñas y olivos, la triada Mediterránea que conecta el presente y el pasado sin más palabras. Solo campo y estaciones. Montemayor fue la antigua Ulia, una importante ciudad iberorromana escenario de las guerras civiles entre Julio César y Pompeyo en el año 46 antes de Cristo.
El ambiente en esta localidad, nada más entrar, es de lo más distendido. La gente te mira a los ojos y te saluda como si te conociera de toda la vida. El ritmo es lento y el entorno del castillo bellísimo. Es la hora en la que el sol empieza a hacer de las suyas por la Campiña Cordobesa y queremos buscar refugio en el Museo de Ulia, donde no nos queremos perder la llamada Venus de Montemayor y algunas otras joyas del museo. Pero antes, un paseo por el entorno de este otro Castillo espectacular, pero cerrado al público y al turismo a cal y canto, merece la pena. Y eso que el pueblo al completo se ha organizado en un movimiento vecinal encabezado por su alcalde que se llama Visitemos el Castillo –no podía llamarse de otro modo–. Seguro que no tardarán mucho en conseguirlo. Y cuando lo consigan, volveremos para visitar esta magnífica fortaleza.
Detalle de un azulejo de Jesús Nazareno por las calles de Espejo.
Desde el mirador de la Campiña, volvemos a dejar la vista perderse en el horizonte con el sol ya en una clara vertical sobre nuestras cabezas. Adelfas rosadas en paredones blancos, luminosos, ermitas y plazas con encanto como la de Jesús el Nazareno, paisanos que corren a refugiarse del sol bajo puertas sobre las que cuelgan unas gruesas cortinas con divertidos motivos rurales que tienen la finalidad de mantener las puertas abiertas y que entre el fresco sin perder privacidad… y así, paseamos hasta desembocar en la carismática Plaza de la Constitución de la localidad. Un cartel enorme cuelga sobre la fachada del Ayuntamiento: “En defensa del olivar tradicional y de nuestros agricultores”. Este pueblo tiene carácter.
La Venus de Montemayor en el Museo Ulia
El Museo Arqueológico de Ulia conserva una de las mejores colecciones de escultura de época romana que existe en la Campiña Cordobesa. La famosa Venus de Montemayor es una cabeza femenina que tiene un tocado tallado en piedra. Pero además, el museo trabaja en varias líneas de investigación con la Universidad Carlos III de Madrid y hace relativamente poco localizaron un conjunto de cuatro grandes ruedas ibéricas de hierro prácticamente enteras, en un estado de conservación excepcional. Fechadas en torno al siglo IV a.C aún no están expuestas, pero dan una idea de la riqueza arqueológica de la antigua Ulia.
Fachadas señoriales en Las Calleras, hoy centro social espejeño. En el pasado donde estaban las eras.
Es la hora del almuerzo y buscamos un restaurante acogedor donde comer bien y beber algunos vinos de la comarca Montilla-Moriles. Un paisano nos recomienda La Posada del Castillo. Acierto. Después de una larguísima sobremesa, volvemos a Espejo para descansar. Cuando el sol baje de nuevo un poco pondremos rumbo a Fernán Núñez. Durante algunas noches de este verano atípico el Palacio Ducal se ha abierto para visitas.
SÁBADO POR LA NOCHE
Fernán Núñez, la noche es mágica en el jardín del Palacio Ducal
Cuando apareces, de repente, en la Plaza de Armas que alberga el Palacio Ducal de Fernán Núñez, construida en 1783 sobre otra existente que destruyó el terremoto de Lisboa, de 1755, la sensación es la de estar en algún pueblo perdido de la Toscana o tal vez del alentejo portugués. El contraste del color almagra, un rojizo especial, con el blanco lo inunda todo.
La cúpula de la capilla de Santa Escolástica, en el Palacio Ducal de Fernán Núñez, recién restaurada.
Hay varias hipótesis sobre la fuente de inspiración del Palacio Ducal, pero una de ellas es que Carlos José Gutiérrez de los Ríos, VI conde de Fernán Núñez, que fue embajador en Lisboa y en el París de la Revolución Francesa, se inspiró para su construcción en el Palacio de las Necesidades de la capital portuguesa. Es precisamente ese aire portugués, esa saudade, la que parece proyectar este edificio civil que es el más bello e importante de la provincia de Córdoba.
El Palacio lleva casi una década en rehabilitación con el fin de poder abrir sus puertas definitivamente. Aunque ya la Capilla de Santa Escolástica, la Sala del Administrador y la escalera palatina están a punto y permiten hacerse una idea de la belleza neoclásica que tuvo el edificio que construyera el VI Conde. La capilla, una belleza en tonos azules, se la dedicaría a su hermana, Escolástica, fallecida muy joven.
Fantasía en azul de la capilla de Santa Escolástica, una de las zonas más bellas del palacio.
La visita merece la pena y no hay que perdérselo de noche. Algunas noches verano han abierto las puertas de los jardines para conciertos, recitales poéticos y actividades culturales: en definitiva para el disfrute de la ciudadanía, aunque, dicho sea de paso, sobren todos los coches que están aparcados en esta plaza espectacular y que no permiten disfrutar de su visión en conjunto.
El Palacio fue alcázar y fortaleza antes que residencia palaciega y, si se observa, una de las dos torres que coronan el edificio está construida sobre los restos de la antigua fortaleza o torre de Fernán Núñez, que se conquistó a los árabes y que se puede ver atravesando una verja, que accede al Patio de las Caballerizas. Allí, junto con el cañón, se observan las ocho bombardas empotradas en dicha torre. Fue el II conde de Fernán Núñez quien se las arrebataría al almirante inglés Robert Blake, en 1657, en una batalla en aguas de Cádiz.
Andrés Berral en su taberna, la más antigua de España, de 1669, El Mesón del Duque, en Fernán Núñez.
La grandeza y la espectacularidad de la plaza no solo se debe al edificio en sí, sino a todo el impactante conjunto urbano que construyera un hombre adelantado a su tiempo. El VI conde levantó la Plaza de Armas, las caballerizas, unas escuelas para niños y niñas desfavorecidos (inspirado como estaba por la Revolución Francesa) y atrajo el Mesón al conjunto, un mesón que había sido fundado por el III conde en 1669 sobre uno ya existente. La taberna podríamos decir que es de las más antiguas de España.
Este lugar asombroso, el establecimiento de vino más antiguo de la península, contiene una historia que merece ser conocida –con suerte y con tiempo, el dueño os hará un tour–. Sería un lugar perfecto si encima sirviese los grandes vinos de la comarca Montilla-Moriles. Pero no. Aún así, recorrer el local y ver las tinajas de barro de más de 300 años de antigüedad, que se encuentran en uno de sus salones o el antiguo granero es una experiencia única, y de paso, y para poner el broche llevarse puestas sus croquetas de rabo de toro que sirven en la terraza del local con vistas a la Plaza de Armas de Fernán Núñez.
Solo en la bodega de finos Los Amigos, en las Bodegas Pérez Barquero, se cuentan 3.052 botas (barriles).
DOMINGO POR LA MAÑANA
Montilla, de bodegas, museos y tabernas
A la mañana siguiente nos levantamos temprano –hay que aprovechar las horas frescas al aire libre– y hemos puesto rumbo a Montilla. Solo tardamos 15 minutos en coche y estamos en esta otra localidad, cabecera de comarca, donde existe una oferta de bodegas, tabernas y museos totalmente diferente.
No hay que adentrarse en el pueblo –de momento–. Queremos recorrer con el coche las carreteras sinuosas de la ondulante Sierra de Montilla y fotografiar algunos paisajes de viñedos. Ponemos rumbo –en el GPS del móvil– al Cerro de Don Juan, un mirador desde el que contemplar el campo y allí hacemos una pequeña parada.
“La Muerte de Lucano» (1887), obra de 5×3,4 m, es una de las joyas del Museo de Garnelo, en Montilla.
A las 11 abren el Museo Garnelo, el museo del maestro de Picasso, José Santiago Garnelo y Alda (1866-1944), considerado como el pintor más culto de su época, pedagogo e investigador, maestro de Picasso y durante años director del Museo del Prado. Este año se cumple el 75 aniversario del fallecimiento del maestro y se están llevando a cabo interesantes actividades.
Precisamente en la pinacoteca madrileña se restauró uno de los cuadros de gran tamaño que es una de las muchas joyas del museo que venimos a ver: La Muerte de Lucano (1877). Pero también hay otras obras bellísimas que hacen referencia a la vendimia, al vino y a las musas de la comarca Montilla-Moriles, como La Bacante (1936) o Las Vendimiadoras (1892) de su hermana Eloísa Garnelo. Tarde de Toros (1905) o el premiado Jesús Manantial de Amor (1901) son algunas de las muchas grandes obras que podrás encontrar en este museo que este año está organizando rutas garnelianas por la localidad.
Las bodegas de tinajas son una de las señas identificativas de la comarca Montilla-Moriles.
Bodegas Pérez Barquero, una de las visitas-cata más completas
Terminamos la visita del museo a la hora del vino. Son las 12.30 de la mañana y nos encontramos ya en la puerta de las Bodegas Pérez Barquero (previamente hemos reservado para que os abrieran un domingo). Elegimos estas bodegas centenarias porque nos han dicho que su visita estándar es una de las más completas –refiriéndose también a su cata, que sucede al final del recorrido por la bodega–. Todo un acierto. Las Bodegas Pérez Barquero, de 1905, conservan soleras del año de fundación. De hecho, sus soleras fundacionales están premiadas con altísimas puntuaciones Parker –el que obtuvo la máxima, 100 puntos, 1905 Amontillado Solera Fundacional, es un vino agotado, de momento. También entre sus Brandys Monte Cristo centenarios hay auténticas joyas.
Entrar a esta bodega te da una idea de la magia y la profundidad de algunos de estos vinos. Bodegas oscuras y silenciosas de finos, en las que la humedad en el techo habla de qué necesitan los delicados finos para su impecable crianza biológica bajo el velo de flor. Solo en la Bodega Los Amigos existen 3.052 botas, aunque el grupo Pérez Barquero, que incluye también a Bodegas Gracia, cuenta con 16.000 botas, algunas de ellas antiquísimas, porque según nos cuentan, las botas de los vinos generosos, al contrario que las de los vinos tintos, deben conservar lo adherido a las paredes para las siguientes crianzas. La visita finaliza con una cata de cinco vinos de su gama alta. Maravilla.
La mazamorra armoniza con un vino de Montilla-Moriles frutal, herbáceo, en la Taberna El Bolero.
Taberna El Bolero, comer y beber muy bien y en buena compañía
A la hora del almuerzo hemos reservado en una taberna local que se ha convertido en punta de la lanza de la gastronomía local, y que armoniza sus platos con el mejor vino de la comarca Montilla-Moriles. Carlos García, el responsable, te contará todo lo que quieras saber de esta tierra.
Su carta está repleta de platos con un toque de diseño que son la pareja perfecta de algunos de los vinos que venimos probando. Y aunque el pescado es su buque insignia, un buen comienzo es el plato de la Mazamorra cordobesa armonizada con una copa de vino blanco de Montilla-Moriles muy frutal, muy herbáceo (empezemos por ahí). La mazamorra es una receta tradicional de Córdoba cuyo origen está en la cocina de aprovechamiento. Está hecha con almendra, pan, aceite de oliva, vinagre y pan, y la Taberna El Bolero lleva, además, un melón con una sangría de amontillado con canela que explosiona al morderlo llenando la boca de sabor. Además, el crocante de almendra le da un toque muy divertido.
En el local la buena música no deja de sonar. El resto de platos armonizados con vinos de la comarca están deliciosos y los postres no se quedan atrás. Y entre risas y un vino dulce como el que no existe otro sobre la tierra, un Pedro Ximénez negro como una noche cerrada, hacemos los últimos brindis.
INFORMACIÓN ÚTIL
CÓMO LLEGAR:
Desde Córdoba a Espejo se tardan 40 minutos en coche. En la Estación de RENFE de la capital, podrás alquilar un vehículo desde 14€/día si no dispones de vehículo propio o estás en ruta por Andalucía.
DÓNDE DORMIR:
Casa Almara. Calle Trinidad Comas, 20, Espejo; tel. 644 59 31 04; Habitación Doble: desde 60€/noche.
Este es uno de los mejores ejemplos en la provincia de Córdoba de cómo adaptar una casa centenaria a las comodidades del presente sin perder ni un ápice de su autenticidad. Su filosofía de hotel boutique, con 8 habitaciones, le aporta aún más intimidad, más tranquilidad, más silencio… Una suave música te acompaña durante la estancia. Los desayunos son caseros, con mermeladas caseras y pan de pueblo, y es posible hacerlos en el patio para después tomar el sol en alguna de las terrazas. Tienen habitaciones para familias y una puerta en la parte más alta del hotel que sale frente al castillo.
QUÉ VER:
Castillo de Espejo. Calle San Bartolomé, 16, Espejo; tel. 696 85 34 58; visitas todos los días, previa cita, 40 minutos, ticket: 5€ para grupos de menos de más de 10 personas, y 4€ para grupos de más de 10 personas. Los niños de entre 5 y 12 años pagan 2,5€. También es posible alquilar zonas del castillo para eventos y fiestas privadas (preguntar precios).
Bodegas Pérez Barquero. Avenida de Andalucía, 27, Montilla; tel. 957 650 500. Visitas de lunes a domingo, previa cita. Visitas desde 8€, incluyen recorrido por la bodega y degustación de cinco vinos de la bodega, de su gama alta: verdejo, fino, amontillado, oloroso, Pedro Ximénez. Es la cata básica más completa de la zona. También es posible reservar la cata con maridaje de vinos y tapas, que funciona casi como un almuerzo.
Otras actividades que ofrece la bodega son catas de quesos y vinos Pedro Ximénez, catas de chocolates, catering para almuerzos, visitas nocturnas en verano, espectáculo ecuestre exclusivo, con el jinete Ángel Peralta y paseos en globo (de todos ellos hay que pedir precio a la bodega). El recorrido de las visitas permite conocer a la perfección el proceso de elaboración de los vinos generosos de la comarca Montilla-Moriles. Se inicia en el patio, adornado con maquinaria antigua y bajo el que está la bodega subterránea de tintos, pasando a continuación por la singular bodega de tinajas –donde se elaboran vinos blancos jóvenes–; la bodega de brandys, con toneles que datan de 1885; se pasa a la zona de los grandes depósitos de acero inoxidable para la fermentación, posteriormente a la bodega de finos Los Amigos y finalmente en La Sacristía se realiza la degustación.
Museo Garnelo. Plaza de Ángel Sisternes, Montilla; tel. 957 657 039; www.museogarnelo.org. Entrada gratuita. Horario de verano (hasta el 20 de septiembre): de martes a viernes, de 9 a 14.30; sábado, domingos y festivos, de 11 a 14 h. A partir del 20 de septiembre también abren por las tardes de martes a sábados.
Mensualmente, y con motivo del 75 aniversario, el museo añade en su web un vídeo explicativo de una de las obras de Garnelo. Este mes de septiembre, la obra elegida son las Vendimiadoras.
Palacio Ducal de Fernán Núñez. Plaza de Armas, Fernán Núñez; tel. 957 38 21 24.
La programación del III Palacio en Ruta tuvo lugar del 26 de agosto al 1 de septiembre en el Palacio Ducal de Fernan Núñez, con recitales poéticos en los jardines y visitas teatralizadas. Después de estas fechas solo es posible visitar el exterior del palacio –que, por otro lado, es bellísimo–.
La Tercia-Mesón del Duque. Calle Cronista Alfonso Zurita, 14, Fernán Núñez. Abierto de martes a domingo de 9 de la mañana a 12 de la noche.
Este local histórico, perfecto para desayunar y tapear, originalmente se construyó para comercializar los vinos de la Casa Condal producidos en un lagar anexo. Según su actual propietario, Andrés Berral, en aquella época el vino se empleaba también para sanear el agua, que provocaba mucho tifus. La finca que proporcionaba el vino, llamada La Viña, desapareció con la plaga de filoxera de 1875, que arrasó toda la comarca. De manera que el lagar se transformó en una almazara de aceite de oliva, y así funcionó hasta que, a finales de los años 50, la almazara, la taberna y el granero del duque (les dio las tierras a colonos y les cobraba en especies: en trigo o garbanzos) sirvieron como almacén para la maduración de jamones para la ya desaparecida firma del propietario. En 1972, Andrés Berral reforma el conjunto y unifica los edificios, quedando como está hoy el actual Mesón del Duque.
QUÉ HACER:
Montijazz Vendimia 2020. Viernes, 11 de septiembre, 21.00 horas y Sábado, 12 de septiembre, 21.00 horas. Lugar: Bodegas Alvear. Abono, 25€ anticipada. Taquilla, 27€. Por días, anticipada 15€. Taquilla, 17€. Se pueden adquirir en kieroentradas.com o Doncopymon, calle General Jiménez Castellanos, 1, Montilla.
La asociación Jazz Amontillado organiza en las Bodegas Alvear uno de los eventos más interesantes en torno a la música y al vino que suceden en la comarca. Este año, y con medidas de seguridad especiales por la situación sanitaria actual, el festival, en el que siempre se persigue un equilibrio entre el nuevo talento y los artistas consagrados cuenta con dos días de actuaciones de gran calidad. El viernes, Luis Casado trío y el cotizado flamenco jazz del quinteto de Sergio de Lope. Y el sábado, el grupo de swing The Jump Club y Carola Ortiz Quartet, con su fusión de jazz y música meditaránea.
DÓNDE COMER:
EN MONTILLA
Taberna Bolero, Calle Fuente Álamo, 9,; tel. 679 39 80 02. Abre de 12.30 a 3.00 de la mañana.
En esta taberna centenaria, con encanto, encontrarás una carta de temporada, moderna, donde el pescado fresco es uno de sus pilares. Platos para armonizar con vinos de Montilla-Moriles hay varios, como la alcachofa rellena de rabo de toro con crema de queso de cabra, que va perfecta con un amontillado de crianza, un fino Capataz de Bodegas Alvear, o un amontillado de Bodegas Robles, más liviano, sin olvidar sus deliciosas croquetas con foie y setas, melosas. Para reuniones de trabajo o grupos que requieran más intimidad se puede reservar el espacio de la antigua bodega de la taberna, con una curiosa lámpara de viña invertida.
EN ESPEJO
Los bares de Las Calleras son muy recomendables para una cena informal o un picoteo. Para desayunar en un lugar coqueto y singular de la localidad, el Casino, ubicado en una antigua casa señorial.
EN MONTEMAYOR
La Posada del Castillo, Calle Barreruelo; tel. 627 79 23 61.
Cocina casera a buen precio en un entorno acogedor. También es un buen lugar para desayunar.