Texto: Rosa Marqués @rocamarca | Fotografía: Rosa Marqués @rocamarca | Foto de portada: Una Virgen réplica de la Virgen de la Caridad del Buen Suceso, de Córdoba que encargó el bordador Francisco Pérez, en la foto, al tallista Miguel Ángel González Jurado, y que preside el taller del primero.
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Bordadores, tallistas, orfebres… Recorremos los talleres de tres artistas y artesanos vinculados con el mundo cofrade cordobés y el Arte Sacro para medir el “tic tac, tic tac” de ese reloj que ya cuenta las horas para que arranque la Semana Santa cordobesa.
Las 24 horas del día se quedan cortas para finalizar los cuidadísimos trabajos que estos artesanos están ultimando para que los luzcan las hermandades de la Semana Santa cordobesa. Algunos artesanos llegan a contabilizar hasta 115 horas semanales en estos días en los que se trabaja a destajo, eso sí, con increíble minuciosidad y sin perder la paciencia.
Su año laboral digamos que comienza y finaliza ahora en Semana Santa. Y el gremio en Córdoba afortunadamente reúne todos los oficios: bordadores, tallistas, orfebres… que nos cuentan cómo han visto en los últimos 20 años un resurgir del Arte Sacro en toda la provincia de Córdoba gracias al empuje de jóvenes cofrades que han puesto el foco en la riqueza de estos antiguos oficios.
Y aunque Sevilla sea la precursora de Andalucía, Córdoba está a la altura de la capital hispalense a nivel de artesanos de Arte Sacro y, cada vez más, se palma increíblemente un relevo generacional que no se encuentra en otros oficios.
Francisco Pérez cose las piezas para los respiraderos de la Hermandad de la Merced, que combinan orfebrería y bordados. Cada grupo de penachos lleva 20 piezas distintas.
Francisco Pérez Artés, Bordador de la Semana Santa de Córdoba
Si tenemos en cuenta que el bordado es uno de los oficios que más horas requiere en el Arte Sacro, no ha de extrañarnos que Francisco asegure que su jornada laboral está en torno a 90 horas semanales y su récord esté en 115 –¡a la semana!–.
Él empezó por casualidad en el oficio, cuando su Hermandad, de la Merced y Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, encargó un trabajo en el único taller que entonces había en la ciudad, el de Paquita Aguayo y Antonio Pozo. “Y como no daba tiempo, nos pidieron a algunos miembros de la hermandad que ayudáramos en todo lo que pudiésemos. Y así empezó mi amor por este oficio”.
Saya de Difuntos realizada por Francisco Pérez Artés para la Virgen de la Merced. Nada más que en material de hilo de oro, una saya puede llevar unos 2.400 euros, a lo que hay que incluir otros gastos y entre 800 y 1.200 horas de trabajo
Después, casi por hobbie, hizo una Saya de Difuntos para la Virgen de su hermandad y a la gente le encantó, y así fue poco a poco hasta convertirse en uno de los bordadores más reconocidos en Córdoba, con trabajos hechos a la par con diseñadores de tanto prestigio como el ya fallecido sevillano Antonio Garduño, con el que realizó trabajos como el Simpecado de la Hermandad de La Estrella, de Triana, o el Palio de la Virgen de Gracia y Amparo de Córdoba.
Otro de sus trabajos más reconocidos fueron las bambalinas frontales y traseras de la Hermandad del Huerto para la Virgen de la Candelaria, un dibujo basado en un frente de altar de Damian de Castro, de Montemayor, con un estudio de movimiento que es prácticamente orfebrería y en el que Francisco empleó más de 3.000 horas de trabajo.
También otra joya es el Simpecado de la Hermandad del Rocío ,de Montoro, con dibujo de Javier Sánchez de los Reyes, muy original, con complicaciones técnicas muy singulares, según nos explica el artista.
Entre los materiales usados por los bordadores está el oro fino y el entrefino –cobre y dorado básico– mientras que el primero es plata casi pura con un baño de oro de 24 kilates. ¿La diferencia? El precio.
Justo ahora se están haciendo los respiraderos de la Hermandad de la Merced, que van combinados de orfebrería y bordados. «Lleva una especie de ventanas con rejas y flores que se entrelazan, ya que al ser La Merced la Patrona de Instituciones Penitenciarias lleva esa simbología. Mientras que la flor es un elemento de libertad», nos explica.
Además, mientras se escucha de fondo la radio, el bordador no deja de rematar los penachos de la parte baja. «Cada grupo lleva 20 piezas distintas, algunas hechas aparte y montadas en un tejido», y con bastante hojilla, una de las técnicas, según nos cuenta, que junto con el milanés, son de las más laboriosas, casi en desuso por el precio que alcanza. Todo con el fin de alcanzar el mayor realismo posible.
Iba para ingeniero pero Jesús de Julián trabajó con un orfebre y descubrió un oficio que le iba como anillo al dedo.
Jesús de Julián Córdoba, Orfebre de la Semana Santa cordobesa
Julián siempre tuvo inquietud artística desde niño. Le gustaba dibujar y hacer diseños. Primero se dedicó al mundo de la Ingeniería, que aunque iba aprobando, no le entusiasmaba.
Fue en una colaboración que realizó con un orfebre artesano cuando se dio cuenta que este era el trabajo con el que realmente él había estado soñando: “Reunía dibujo, diseño, creación, trabajo manual… Era todo muy personalizado”. Y así fue como que se lió la manta a la cabeza, como él mismo explica, y abrió su propio taller. Hoy es un artista-artesano puesto que él mismo realiza muchos de sus diseños.
Desde su Hermandad, la Paz y Esperanza de Córdoba, siempre le animaron. Finalizó sus estudios de orfebrería en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, para estudiar el Ciclo Superior de Orfebrería, hace ya 11 años y a partir de ahí, comenzó a hacerse un nombre.
Detalle de la Basílica menor de Santa María de los Reales Alcazares de Ubeda, obra de Jesús de Julián.
De eso hace más de 11 años y aunque anima a los jóvenes a que se adentren en estos oficios y se cualifiquen, reinvindica, como todos los artesanos, la figura del aprendiz. “Necesitamos la ayuda de las administraciones para que esta figura tan necesaria pueda desarrollarse en los talleres y nosotros podamos apoyarlos también”.
Tampoco contabiliza las horas, pero sí confirma que desde hace un mes las 11 horas diarias, los sábados y algunos domingos no se los quita nadie. “Desde Navidad hasta aquí la intensidad va in crescendo y estos días son ya son de auténtica locura”, confirma.
El proceso del orfebre comienza con el diseño hasta el último detalle de la pieza.
Entre sus trabajos más espectaculares está la diadema de la Virgen del Rocío, con un diseño de Curro Claros, o la que le hizo a su Virgen de la Paz y Esperanza para la Coronación Canóniga en 2022. También firma la corona de la de Nuestra Señora de las Nieves de los Palacios de Villafranca o la de la Virgen de Gracia de Úbeda.
Y mientras también escuchamos la radio de fondo en este taller que estos días es sobre todo su casa, nos explica curiosidades del oficio como que son los propios orfebres quienes construyen sus herramientas para cincelar la plata o el oro o que «esta es una profesión donde todos los días se sigue aprendiendo».
Las herramientas que utilizan los orfebres normalmente se las fabrican ellos mismos.
Y es que cuando lo ves diseñar los trabajos entiendes que él se considere además de artesano, artista. “La atención es 100% personalizada y en muchas ocasiones realizas el diseño para el cliente”.
Y aunque reconoce que “todos los trabajos comienzan con muchas ganas y finalizan también con muchas ganas, cuando ves que engrandeces la imagen de una Hermandad y que el cliente queda satisfecho es una sensación y satisfacción indescriptible”.
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Edwing González Solís, Imaginero de la Semana Santa de Córdoba
Boliviano de nacimiento, desde niño tenía inclinación hacia las artes y su sueño siempre fue conocer a los clásicos, in situ, en Italia. Miguel Ángel, Bernini… Aunque finalmente se decantó por España por la lengua compartida, según nos confiesa. ”Aterricé en Córdoba y terminé descubriendo que aquí también el Arte estaba a flor de piel”.
De eso hace más de 20 años y en su impresionante taller repleto de figuras de todos los tamaños, no suena la radio, sino grandes temas de bandas de rock mientras su pareja y él continúan trabajando en cada pequeño detalle midiendo las horas para realizar puntuales todas las entregas.
Detalle de las manos de uno de los Cristos que habitan el taller de Edwing González.
El escultor nos cuenta que durante estas fechas se trabaja de lunes a lunes, más de doce horas diarias, y cuando le preguntamos cuáles serían sus obras más destacadas, contesta que para él cada obra es un desafío, «algo nuevo y novedoso donde se involucra de forma increíble, desde la parte creativa a la parte más física».
“Hay obras que te retan por sus dimensiones otras por los materiales empleados. Así que finalmente todas son importantes para mí”.
Edwing también trabaja en otros proyectos relacionados con el Arte Sacro.
A la entrada un crucifijo realizado en bronce tiene un brillo destacado. Y al señalarlo nos comenta, que también trabaja para clientes independientes e iglesias. “La mayoría de estas que ves aquí son tallas completas y no tanto de candelero” que además realiza el escultor tanto para España como para Italia, Portugal o Estados Unidos.
Para inspirarse, según nos cuenta, busca la belleza natural, y a la hora de realizar sus diseños, realiza un estudio anatómico que le sirva como guía. A partir de ahí surge todo, del interior. “Es algo intuitivo que va surgiendo poco a poco en cada artista”.