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Texto: Mara de Miguel @by_marademiguel  |  Fotografías: Visit Puente Genil Foto de portada: Un clásico de la Cuaresma, potaje de garbanzos maridado con vino de la D.O. Montilla-Moriles.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Además de preparar los clásicos platos de Cuaresma para tus amigos e invitados, cúbrete de gloria poniendo en la nevera también unos vinos que mariden a la perfección con cada uno de estos platos. ¿Cuáles? La premiada sumiller Mara de Miguel te da todas las pistas.

Llega la Semana Santa y toca soltar los jerséis, los cuellos altos. Apetece llenar los balcones de flores y, durante estos días, abrazar la gastronomía de Cuaresma y de Semana Santa acompañada, eso sí que sí de ¡buenos vinos!

En esta tierra no vale ofrecer cualquier cosa. Las casas se abren a los amigos y se saca la artillería pesada para agasajarlos. Y para ello, además de prepararles los clásicos platos de Semana Santa, hazte también con unos buenos vinos para acompañarlos. Aquí van unas cuantas de ideas.

 

1. Garbanzos con espinacas

Vamos a maridarlo con una apuesta arriesgada. Un vino de cuerpo medio, de Moriles, elaborado con uva Torrontés de bodegas Hathor. Aquí hacemos el guiño a las especias que suelen llevar las espinacas y que van a casar con esos recuerdos aromáticos de flores blancas, de este vino, que si bien algunos pensarán que tiene un poco más azúcar residual, se trata simplemente de los matices que da la variedad Torrontés, que forma parte de la uvas autorizadas o de las llamadas de vidueño.

 

2. Potaje de vigilia

En este caso proponemos un Amontillado de Bodegas Galán Portero, haciendo la fusión perfecta entre la vigilia y lo eterno del amontillado. Este vino con unas soleras de más de 25 años es punzante y elegante, fácil de beber y de complejidad, pero tan fantástico que hace que hasta el no entendido, también pueda disfrutarlo. Mi recomendación: Bebe un sorbo de amontillado y toma una cucharada del potaje, para disfrutarlo mejor.

 

3. Buñuelos de bacalao

Este tradicional picoteo de Semana Santa, con el bacalao como protagonista, queda bien armonizado con un Palo Cortao de Bodegas Olivares, perfecto balance. Este Palo Cortado es una rara avis, y de ahí mi elección. Tiene un ligero toque de azúcar residual que le va a dar un toque muy singular a la combinación. Mi recomendación tomar un buñuelo, saborearlo y degustar un sorbo largo del Palo Cortado, incluso, dos sorbos.

 

4. Pestiños

Uno de los postres por excelencia de la Cuaresma y la Semana Santa irá siempre de la mano con un vino dulce natural, de baja graduación y una acidez muy elegante como es el Caprichoso de Bodegas Robles. En este caso, yo recomiendo tomar un bocado de los pestiños y acto seguido un sorbo pequeño del vino, que con sus recuerdos a fruta de pelo y hueso (albarillo, melocotón y miel) será el compañero ideal de este postre, aportando una acidez perfecta, que otro PX al uso le restaría, para llegar al equilibrio.

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