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Entrevista: Rosa Marqués @rocamarca

Tiempo de lectura: 5 minutos

Cantante, clarinetista, compositora, ciudadana del mundo… recala en Montilla en el Festival de Montijazz para tocar con unos músicos de primer nivel canciones que son primicia internacional, rodeada de la mística del vino en las centenarias Bodegas Alvear.

Conseguimos que Carola Ortiz se pusiera al teléfono de Tierra de Vinos un día antes de que tomara rumbo hacia el Festival de Jazz de Montilla desde su Tarrasa natal, una ciudad con una enrome vinculación con el jazz. La clarinetista, junto a sus tres músicos, promete emocionar al público con su jazz mediterráneo este sábando, aunque Montijazz da comienzo hoy viernes y es una de esas citas ineludibles de la cultura y la música en Montilla-Moriles.

¿Cómo llegas al mundo del jazz?

Mi padre es músico de jazz, contrabajista, bueno actualmente bajista y yo nací casi dentro de un contrabajo. Tengo una foto de pequeña encima del contrabajo. Pero me viene de mi abuelo que era un  fanático del jazz más clásico, de Benny Goodman y estas Big Bands… Claro, mi abuelo nació en los años veinte y le pasó ese legado a mi padre. Además somos de Tarrasa que es una ciudad muy vinculada al jazz: tiene una jazz cava, hay jam sessions cada semana y un festival al año con los mejores del mundo. Ahí he visto a McCoy Tyner, Eliane Elias… Soy jovencita y no he visto a otros más mayores, pero sí a Jorge Pardo a Carles Benavent… Eso en mi casa, solo yendo al club. He crecido ahí.

Te dedicas profesionalmente, en cuerpo y alma, vives de esto.

Sí, también doy clases de grado universitario de música y he colaborado con muchos artistas de primer nivel, desde flamenco a música india.

Haces un jazz mezclado con músicas del mundo.

Sí. Tengo una formación en música clásica, luego hice el grado superior de Jazz con Carme Canela y a los 18 años empecé a viajar por todo el mundo: Asia, Africa y América… y he tocado con músicos africanos, músicos hindús, músicos del flamenco, del folclore latinoamericano, de Brasil… y también en Nueva York, donde viví y toqué con gente muy potente. Todo esto al final sale. La gente me dice que parezco como sefardí. No llega a ser flamenco ni música hindú.

carola ortiz montilla-moriles

¿Cómo te definirías?

Me costaba mucho pero poco a poco creo que me estoy definiendo y para mí es como un jazz mediterráneo lo que hago. Pero también del siglo XXI. La semana pasada estaba tocando con un corista que tocaba la kora, de Senegal… Quiero decir, que yo me mezclo con todo tipo de ambientes musicales. A mí lo que me gusta es la música. Folclores del mundo.

Y además, estrenas banda con el espectáculo que traes al Montijazz.

Son músicos con los que llevo tocando mucho tiempo pero es el primer concierto que haremos los cuatro juntos. Con el guitarrista tengo una formación más acústica, más canción, y esta formación más jazzística. Es la primera vez que los voy a juntar porque ya estoy pensando en el próximo disco y vamos a estrenar algunas canciones. Habrá un estreno mundial (risas). 

Tú compones estas canciones.

Sí, y normalmente cantaba en muchos idiomas y por esta cuestión meditárrenea solo voy a cantar en lenguas latinas, básicamente catalán y castellano. Igual también canto algo en portugués, o en francés… Como Carola Ortiz, este proyecto más personal, sería así. Lo de cantar en inglés en mi grupo ya no lo quiero hacer.

Tu banda quiénes la formáis.

El bajista es catalán, Pau Ligadas, que está formado en Suiza. Es muy versátil. También Bartolomeo Barenghi que es italiano y es muy buen guitarrista clásico pero también toca jazz y es un crack. Controla muchos lenguajes musicales. Y David Xirgu, que es una eminencia. Es muy bestia tocar con él. Cuando era adolescente escuchaba los discos en los que él tocaba la batería. 

¿Habías tocado en algo parecido a una bodega? ¿En qué espacios diferentes has tocado?

En bodega es la primera vez. Pero en febrero estuve tocando en India en una destilería antigua en ruinas. Muy curioso. Pero también algún ciclo dentro de una barca. Hay un festival muy bonito también en Cap de Creus, en Cadaqués, donde vivía Dalí. Pues justo enfrente sale una barca que va a una cueva y allí con esta acústica, tocamos. Pero sí, como bodega es la primera.

carola ortiz montilla-moriles

¿Venís directamente desde Cataluña?

Sí, y volvemos al día siguiente. A mí me encanta bajar al Sur. Me encanta la gente, la comida, el clima… De hecho mi primera gira, con 20 años, la hice en Granada. Fue una pasada, con mi cuarteto. Pero no bajo tan a menudo como me gustaría. Pero a ver si…

En una de tus fotos sales con una maletita, y en tu Facebook comentas que te ha acompañado desde los ocho años…

Sí, es la maletita del primer clarinete y es tan pequeña que la llevo en la mochila. La gente alucina con que quepa el clarinete ahí. Para mí la música es todo. Me ha hecho viajar y conectar con gente. Me conecta con lo espiritual y con las personas. Siempre acabo viajando por conciertos o para investigar una música que me gusta.

¿Te inspiran los paisajes? La Campiña Cordobesa es preciosa…

Sí, los paisajes me inspiran. En mi caso, el mar. La vida… 

¿Qué relación tienes con el mundo del vino?

En principio no bebo, pero algo probaré allí. Los vinos buenos siempre hay que probarlos. El vino es cultura mediterránea, es tierra… Todo lo que es la cultura del vino es muy especial. 

¿Qué le dirías a alguien que está pensando en ir al concierto de Carola Ortiz en el Montijazz? ¿Qué prometes?

Ver una mujer que tiene un bagaje diferente, muy particular, que también toca un instrumento poco usual, unos músicos de primera calidad y una sensibilidad especial. La gente se emociona en mis conciertos (no me gusta ser yo quien lo diga). Pero sí, es una experiencia emocional. En estos tiempos, no dudaría en ir a ver un concierto a un festival que ya tiene su caché, y es un valor seguro. Y también la parte femenina está muy presente y conecta mucho con la piel y la emoción. La música está para conectarnos con algo más allá del día a día, y más en estos momentos de dificultades en todos los sentidos: económicas, prácticas, relacionales… La música es comida para el alma. Los cuatro somos apasionados por la música y estamos deseosos de tocar. Es nuestro segundo concierto post confinamiento y lo necesitamos.

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