Entrevista: Rosa Marqués @rocamarca | Foto de portada: Este Catedrático de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Granada es uno de esos ‘winelovers’ de referencia en el mundo de los generosos y la mitad de Equipo Navazos. Fotografía de Estanis Núñez.
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“En la zona hay dos bodegas que la excelencia de sus vinos y lo profundo de sus soleras las colocan en la élite de la élite”.
Jesús Barquín llegó al mundo de los vinos generosos andaluces para dar visibilidad a muchas de las joyas enólogicas “escondidas” en algunas bodegas. Todo comenzó cuando descubrieron un amontillado que había permanecido sin tocar durante casi dos décadas y se les ocurrió que, si seleccionaban una bota, la embotellaban para ellos y la compartían con amigos apasionados de los vinos tradicionales, iban a tener muy buena acogida. Y tanto si la tuvieron. De aquí nació un negocio redondo de proyección internacional, aplaudido por la prensa especializada, y que ha ido dando más y más pasos: Equipo Navazos.
La otra mitad del equipo, Eduardo Ojeda, es uno de los más reconocidos enólogos en el Marco de Jerez, y Jesús Barquín, al que entrevistamos, viene del mundo del Derecho, y ejerce de Catedrático de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Granada. Tiene en su haber decenas de artículos sobre vinos tradicionales andaluces escritos y un libro que se convirtió en “la biblia de los generosos” en el mundo: Jerez, Manzanilla y Montilla: Vinos tradicionales de Andalucía (editorial Abalon Books). Comparte autoría con Peter Liem, escritor estadounidense especializado en vinos. Desde We Love Montilla Moriles charlamos con Jesús Barquín para que nos cuente cuáles fueron las claves de este éxito y hacia dónde se dirigen ahora.
En el viñedo sanluqueño donde Equipo Navazos comienza el trabajo de La Bota de Florpower. Fotografía: cortesía de Equipo Navazos.
– ¿Cómo os conocisteis Eduardo Ojeda y tú? ¿En qué punto decidisteis comenzar vuestra andadura juntos?
Nos conocimos en torno a 2002 ó 2003, en una cata que dio Eduardo, en Fenavin, en Ciudad Real. Comenzamos a hablar sobre la influencia del terruño en los vinos tradicionales andaluces, un asunto que Álvarop Girón y yo ya llevábamos tiempo intentando poner en el centro de la discusión y, a partir de ahí, nos encontramos varias veces en Jerez y en Sanlúcar hasta que un día surgió esta idea de Equipo Navazos de una manera casual, pero también diría que natural.
– Todo empezó siendo un divertimento de unos amigos que fue tomando una dimensión inesperada. ¿Cuáles dirías que han sido los grandes hitos de Equipo Navazos a lo largo de su trayectoria?
Aparte del momento inicial, creo que los dos momentos claves son en 2008, cuando creamos el vino Navazos-Niepoort (vino blanco de pago -Macharnudo Alto- a graduación natural criado bajo velo de flor) con un concepto renovador inspirado en los inicios históricos de los vinos de crianza biológica más de doscientos años atrás. Y luego, en 2010, cuando replicamos la experiencia con Florpower en una viña vieja sanluqueña del pago Miraflores La Baja.
En la bodega El Puente, de Bodegas Pérez Barquero, Jesús Barquín y Eduardo Ojeda catan Pedro Ximénez, amontillados, palos cortados, finos… Fotografía: cortesía de Equipo Navazos
– Embotelláis finos, manzanillas, amontillados, palos cortados… pero también vinos blancos sin fortificar. Siempre habéis dicho que vuestra libertad, vuestra independencia, os ha permitido llegar hasta donde estáis hoy. ¿Cuáles dirías que han sido las otras claves de vuestro éxito?
Gozar de un reconocimiento bastante palpable es sin duda un motivo para pensar que nuestra trayectoria es exitosa. Pero, si te soy sincero, tengo la sensación de que quedan muchas cosas por hacer y por conseguir, así que lo del éxito siempre es relativo. Y sí, creo que una clave es la libertad de poder hacer las cosas como creemos que hay que hacerlas. En eso somos muy afortunados.
– Hablas en tu libro Jerez, manzanilla y Montilla. Vinos tradicionales de Andalucía, al que llaman «la biblia de los generosos”, de cómo sería la «Sherry Revolution» pero ¿cómo sería la «Montilla-Moriles» revolution?
En realidad, el capítulo en el que se trata con detalle acerca de la supuesta Sherry Revolution lo ha escrito Ernesto Suárez Toste, ya que prefería echarme a un lado por razones deontológicas. Con los vinos de Montilla-Moriles hay que aspirar a que la gente valore los mejores de entre ellos como los grandísimos vinos que son en una perspectiva internacional y se coticen acorde con esta valoración.
Un momento del rodaje del documental ‘El misterio del Palo Cortado’, en uno de los viñedos de Bodegas Pérez Barquero, con Adela Córdoba, la Directora Comercial de la bodega. Fotografía: cortesía de Equipo Navazos.
– ¿Qué sensaciones has tenido cuando recorrías las bodegas y los paisajes de esta comarca? ¿Cuáles dirías que son sus fortalezas frente a otras comarcas de vinos generosos?
Una sensación muy fuerte es que el paisaje de las viñas de la Sierra de Montilla y sus lagares no tiene nada que envidiar a los más atractivos del mundo y que las mejores bodegas de la zona también están en un nivel equivalente de excelencia. Y no lo digo solo en relación con otras zonas de vinos tradicionales. A mi juicio hay dos que destacan por la excelencia de sus vinos y lo profundo de sus soleras, que las colocan en la élite de la élite: Pérez Barquero y Alvear, pero hay además un puñado de productores sobresalientes en cuyas manos reposa buena parte del futuro de nuestra zona.
– Cuando haces enoturismo ¿qué no perdonas?, ¿qué es básico para que la experiencia por la comarca sea redonda?
Si pensamos en factores ajenos al vino en sí, aunque muy relacionados, creo que es muy importante que haya una variedad de opciones de gastronomía de calidad. Quitando la ciudad de Córdoba, pienso que en este terreno tenemos que mejorar bastante.
Jerez, Manzanilla y Montilla: Vinos tradicionales de Andalucía (editorial Abalon Books). Jesús Barquín comparte autoría con Peter Liem, escritor estadounidense especializado en vinos.
– Equipo Navazos pasó de seleccionar botas y comercializarlas a ser los pioneros en comercializar internacionalmente vinos blancos de una sola viña sin fortificar y criados bajo velo. ¿En qué momento os encontráis ahora?
Nos sentimos jóvenes y con ilusión. Quizás cada vez más comprometidos con la excelencia del origen de la uva como factor fundamental de calidad en los vinos tradicionales andaluces.
– Fuiste también autor de la idea original, promotor y productor asociado del largometraje documental Jerez y el Misterio del Palo Cortado, dirigida por Jose Luis López-Linares, en 2015. ¿Consideras que hay más historias sin contar, más «misterios» que merecen un documental en el universo de los vinos generosos andaluces?
En su elaboración grabamos cientos de horas que confío que José Luis tenga a buen recaudo, entre ellas algunas en el Marco de Montilla. Ojalá hubiera ocasión de bucear en ellas y seguro que saldrían dos o tres documentales muy interesantes. Lo de «misterio» fue una idea ajena, dirigida a darle gancho al título porque en realidad el palo cortado no tiene ningún misterio, lo que no quita que sea una historia fascinante. Siguiendo el hilo de lo que planteas, sin duda hay muchos más aspectos de nuestros vinos y nuestras zonas que albergan una historia fascinante que merece ser contada.
De estas luces y estas sombras nace el característico logotipo de Equipo Navazos.
– ¿Alguna gran bota de la que tengas un grato recuerdo de aquí, de Montilla-Moriles?
Centenares de ellas, en especial en las dos grandes bodegas montillanas que ya he citado.
– ¿Por qué crees que estas botas, los bodegueros de esta zona, eran o son incapaces de comercializarlas?
Es que no creo correcto asumir que los bodegueros no sean capaces de comercializar sus propios productos. A veces sucede que sus propios compromisos con distribuidores, importadores y clientes, y el mantenimiento de una determinada imagen de marca, hacen complicado sacar vinos nuevos con un perfil diferente. En ese sentido, Equipo Navazos puede ayudar como una especie de palanca externa, por así decirlo.
– ¿Podrías decir qué bodegas crees que tienen todavía «guardados» muchos de estos tesoros? (en Montilla-Moriles, en Jerez, en Sanlúcar…)
Muchos productores en los marcos de Montilla-Moriles y de Jerez tienen botas especiales que mantienen al margen del sistema habitual de sacas de sus vinos; normalmente, tanto más, cuanto más grandes son sus ventas y sus existencias. En ese sentido y puesto que la demanda es mínima, hay aún muchos tesoros guardados.
Las tradicionales viñas en vaso del paisaje de la Sierra de Montilla cuando salen los primeros jaramagos.
– La cultura del vino en España, ¿deja mucho que desear? ¿Estamos lejos de saber valorar lo que tenemos?¿Por qué ocurre esto aquí en España y más aún en Andalucía, según su opinión?
No soy un experto en sociología del vino, así que igual me columpio al intuir que aquí influyen tres factores: el socioeconómico, el que el vino esté considerado como una parte común de la alimentación diaria y que, lamentablemente, no tenemos una sociedad que se caracterice precisamente por valorar ni el conocimiento en general ni nuestra historia en particular.
– ¿Qué pasaría si de repente los vinos viejísimos de Montilla-Moriles comenzaran a venderse bien en mercados internacionales? ¿Estamos lejos de que esto ocurra?
Si hubiera de pronto una demanda sólida, similar a la que se produjo a partir de finales de los años 1990 y comienzos de los 2000 en el mundo de los whiskies, los precios subirían y las existencias desaparecerían rápidamente, porque hay mucho para la demanda tan escasa dispuesta a pagar el verdadero valor de estas joyas, pero muy poco en el supuesto de que la demanda aumentara. No se ve que vaya a ocurrir en el corto plazo, pero nunca se sabe.
Soleras del Equipo Navazos. Fotografía: cortesía de Equipo Navazos.
– Si tuvieras que hacer una ruta de uno de tus vinos generosos favoritos andaluces (por ejemplo, amontillado) qué bodegas visitarías sí o sí en esa hipotética ruta?
El amontillado es el rey de los vinos andaluces. Comenzaría en La Guita en Sanlúcar, seguiría por Valdespino en Jerez y terminaría en Pérez Barquero en Montilla. En los tres casos, pararía en la viña: Miraflores La Baja, Macharnudo Alto y La Cañada, respectivamente.