Entrevista: Rosa Marqués @rocarmarcar | Foto de portada: El catedrático de la Universidad de Córdoba (UCO) Jose Rafael Ruiz Arrebola en su despacho. | Fotografía: cedida por la UCO.
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Este reconocido químico y Catedrático de la UCO, que creó hace una década el grupo de investigación que dirige, es uno de los responsables del hallazgo más importante de las últimas décadas en Arqueo-viticultura: el vino más antiguo del mundo, con más de 2.000 años, podría ser un Montilla-Moriles–.
Una vez que localizamos el teléfono de José Rafael Ruiz Arrebola, tardamos poco en hablar con él. Amante de su oficio, en sus palabras percibimos la pasión con la que estudia cada una de las pistas que le han llevado a convertirse en noticia en todo el mundo. Teníamos muchas ganas de entrevistarlo y que nos contara cómo nuestros vinos Montilla-Moriles se han convertido en los más antiguos del mundo. Esto hay que llevarlo hasta el final con la colaboración de todos.
Durante unas obras en una casa de Carmona aparece estos agujeros.
– Rafael ponnos en el contexto de como y cuando os ponéis tu equipo y tú sobre la pista del vino más antiguo del mundo.
Nosotros estudiamos muchos temas diferentes, desde bronces arqueológicos a pinturas romanas. Pero en 2020, una semana antes de la pandemia, contactó conmigo el arqueólogo municipal de Carmona, Juan Manuel Román para contarme que habían hecho un hallazgo casual. El propietario de una vivienda en la calle Sevilla de esa localidad lo había llamado porque durante unas obras de reforma en su casa en el patio se encontraron un agujero tal cual. Se introdujeron dentro y descubrieron que era una tumba romana con 8 hornacinas. El servicio de arqueología del Ayuntamiento y los arqueólogos se llevaron una sorpresa tremenda cuando vieron que la tumba no estaba saqueada.
– ¿Por qué suelen saquearse estos hallazgos?
Las tumbas romanas se colocaban a los lados de los caminos de entrada a la ciudad porque la Ley de las 12 tablas prohibía que los muertos fueran enterrados dentro de las ciudades y estos mausoleos estaban rodeados por una torre como las de la Puerta Gallegos de Córdoba, lo que era un reclamo para los ladrones. Además, estas torres también indicaban que la familia era rica y los ajuares que pudieran poseer, abundantes: joyas en oro y otros artilugios.
En estos «agujeros» encuentran una tumba romana del siglo I a.C con ocho hornacinas.
– Volvamos a la tumba de Carmona… ¿Qué ocurrió después?
La sorpresa fue grande. Llamó la atención que había dos urnas de cristal, de vidrio soplado, dentro de unas fundas de plomo (ver fotos) y una de ellas, una vez transportada al museo arqueológico, comprobaron que estaba llena de líquido. La urna contenía los restos de los huesos incinerados de un hombre, y los antropólogos establecieron que se trataba de un varón de entre 40 y 45 años. Fue una sorpresa mayúscula porque era la primera vez que encontraban una urna llena de líquido tras descartar que fuera por condensación o por lluvia.
– Y entonces, contactan contigo, experto en estos campos.
Sí, después de unos análisis previos, contactaron conmigo en el 2020. Antes del confinamiento, 3 días antes me enviaron las muestras. Así que hasta julio no nos pudimos poner manos a la obra.
Urnas de cristal de vidrio soplado en cuyo interior se aloja el líquido que resultará ser vino.
– La sorpresa mayor os la lleváis cuando determináis que ¡el líquido era vino!
Eso ocurre mucho tiempo después porque ten en cuenta que al ser un vino que está deteriorado, con 2.000 años, porque la tumba la dataron en el primer cuarto del siglo I d.C., todo es muy complicado de determinar. Al principio los arqueólogos sospecharon que el líquido podría ser vino. El vino estaba ligado a todos los rituales funerarios de la época romana. Y empezamos a hacer ensayos que se realizan hoy día para un vino. Al principio, dieron negativo porque la cantidad de esos productos que buscábamos eran mínimos en este líquido.
– Pero de ahí obtenéis otros descubrimientos.
Sí, del estudio de la otra urna salieron otros descubrimientos como el del pachulí, que también ha dado la vuelta al mundo. O los collares de ámbar que pertenecían a una urna femenina, con restos óseos de mujer.
El vino estaba ligado a todos los rituales romanos, también los funerarios.
– El año pasado, por fin retomáis las investigaciones del vino más antiguo del mundo. ¿Por qué tan tarde?
Porque conseguimos poder aplicar otras técnicas. Hicimos un primer estudio de materia orgánica, para ver qué variables contenía, y lo que más nos llamó la atención fue el análisis de las sales minerales pues eran muy parecidas a los vinos de la zona de Montilla-Moriles, Jerez y Sanlúcar, y en esas zonas, según escritos antiguos ya se elaboraba vino. Así que se podía justificar fácilmente que un líquido en contacto con la urna de vidrio quemado y en contacto con los huesos se pueda producir la extracción de diferentes elementos químicos, aunque los principales elementos se correlacionaban bastante bien con los de un vino, y si me apuras, se asemejaba mucho más a los de Montilla-Moriles.
– Y lo dice un baenense que ama los vinos de esta tierra.
(Risas). Sí, pero ahora te matizaré por qué esto. Cuando vimos que las sales minerales apuntaban a que podían ser un vino, comenzamos la búsqueda de los biomarcadores. Porque podía ser un líquido similar en composición en sales minerales, que hubiera en la Bética Romana, hoy la zona de Andalucía occidental. Así, junto con Fernando Lafont, investigador y responsable del Servicio de Espectrometría de Masas del Servicio Central de Apoyo a la Investigación (SCAI) de la UCO pusimos a punto una tecnología, un método sensible para detectar los polifenoles, sustancias que se usan para autentificar la zona de un vino. Así detectamos que este vino tenía hasta siete polifenoles y comparamos esos polifenoles con los vinos de Montilla-Moriles, de Jerez y de Sanlúcar. Y parece ser que se corresponden más con los de Montilla-Moriles. Pero claro, cogimos solo algunas muestras y no todos los vinos.
Las urnas contenían restos de huesos incinerados de un varón y vino, tras numerosas comprobaciones.
– Y ese sería vuestro siguiente paso, determinar si es o no un vino de la zona.
Sí, quería matizarte lo de Montilla-Moriles porque estamos en conversaciones con el Vicerrectorado de Investigación de la UCO para ver si somos capaces de hacer unas Jornadas de Trabajo donde participe la DO de Montilla-Moriles, la DO de Jerez, la DO de la manzanilla de Sanlucar y la DO del Condado de Huelva para que sean ellos los que nos suministren una cantidad importante de muestras de vinos diferentes para hacer un estudio sistemático y estadístico y determinar a cuál se parece más el vino romano. Tal vez los datos no sean definitorios, pero esto ya no depende de los investigadores.
– Pero sí que queda claro que el vino más antiguo del mundo es este hallado.
Sí, en eso no cabe duda. Existe una botella que se supone que es de vino, pero no se ha abierto nunca, en Alemania, que se encontró también en una tumba romana, pero es del siglo IV, o sea, mucho más posterior. Y esta botella alemana no se ha analizado, porque en el momento en el que se abra la botella, pierde todo su valor. Pero sí, este es el vino más antiguo del mundo y podría ser un Montilla-Moriles.
El proceso de investigación aún está abierto puesto que necesitan más muestras de vinos de Montilla-Moriles para determinar si este vino se elaboró en este territorio.
– Cómo es el vino hallado exactamente.
Un vino blanco. Según las fuentes literarias antiguas, como las del escritor y agrónomo Columela, no recogen que el vino se hiciese en contacto con la piel de la uva. Sería una elaboración parecida a la que se hace ahora, rápidamente se separa la piel del mosto. De hecho, en mosaicos encontrados en Écija, o en Mérida o en otras partes de la Bética –en Puente Genil no hay representaciones de la pisa de la uva– se ven los cubículos donde se pisaba la uva y cómo inmediatamente se recogía en unas cubas y se lleva a las tinajas, los dolia, donde comenzaba la fermentación y eso junto con la ausencia del ácido siríngico, que aparece en los vinos tintos, a nivel químico, nos lleva a determinar que es un vino blanco.
Este catedrático baenense ha conseguido que este gran hallazgo y su noticia dé la vuelta al mundo.
– La noticia ha salido en el mundo entero. Esto ha sido un gran trabajo de marketing para los vinos de Montilla-Moriles.
La repercusión mediática ha sido brutal. No ha habido ningún país del mundo que no haya sacado esta noticia. En The Guardian ha aparecido incluso en la versión en papel. Y Elena Lázaro, la directora de la Unidad de Cultura Científica de la UCO, también es periodista y me dijo que era la noticia con más repercusión en los 22 años que lleva ella en la Universidad. Más de 1.600 referencias por todo el mundo, y en todos estos casos se hace referencia a que se compara con un vino de Montilla-Moriles, con lo cual ha sido una publicidad de la cual yo también me siento orgulloso, para nuestra tierra.
– Porque «We Love Montilla Moriles»…
Sí, yo también pertenezco a esta zona y me gusta mucho el vino. Es el que bebo habitualmente. Y celebro el hallazgo como el que más, pero hemos de encontrar la manera de continuar esta senda científica que nos lleve a corroborar que es de esta zona y no de otra, el vino más antiguo del mundo jamás hallado.