Texto: Rosa Marqués @rocamarca | Foto de portada: Los vinos de tinaja son unos vinos jóvenes y fáciles de beber, perfectos para disfrutar con los amigos y de un día de campo. ¿Dónde? En un lagar o de Moriles o de Montilla. Fotografía de Javier Portero
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Celebramos el mes de noviembre bebiendo vinos de tinaja donde nos dejen. Si eres de Montilla o de Moriles lo tienes muchísimo más fácil para beber estos vinos nuevos del año. Lo harás directamente de las tinajas (también llamadas conos). Si no, te tendrás que conformar con comprar estos vinos de tinaja en nuestra tienda, y probarlos desde casa.
Recibir a los centenares de visitantes para beber vinos de tinaja durante el mes de noviembre era uno de los momentos más dulces del año para los lagares de Montilla y de Moriles, y para algunas bodegas que siguen utilizando este sistema, las tinajas de cemento frente a los enormes tanques de acero inoxidable.
Pero este año, la situación sanitaria está obstaculizando la visita de los muchos incondicionales de los Vinos Nuevos del Año, que aprovechan estos fines de semana otoñales, en los que el sol aún calienta, para disfrutar de los vinos de la pasada vendimia.
Los vinos nuevos o vinos de tinaja que se elaboran en los lagares de la Sierra de Montilla y en Moriles Alto. También en sus bodegas. Son vinos sin crianza, resultado de la fermentación del mosto en las tinajas de cemento armado o “conos” que aún se conservan en buena parte de nuestros lagares más tradicionales. Fotografía: Javier Portero.
“Para San Andrés el vino o vinagre es”, dice el refrán, y como estamos seguros de que serán vinos de tinaja maravillosos te proponemos que escojas seis amigos –no más– y un lagar o una bodega que tenga vinos de tinaja, y conciertes una visita (en el apartado Conocer de nuestra web encontrarás toda la información). Y siguiendo, por supuesto, las medidas sanitarias recomendadas. Así, aunque sea un año diferente, celebrarás la Fiesta del Vino Nuevo como se merece.
En algunos lagares de la Sierra de Montilla, como este, Lagar Blanco, uno de los de más altura (a 600 msnm) podrás conocer todo el proceso de elaboración y crianza de los vinos de Montilla Moriles desde el viñedo. Fotografía: Javier Portero.
Para aquellos que aún no lo conocen, el tradicional vino de tinaja, que hasta hace pocos años apenas se comercializaba fuera de nuestras fronteras, es el vino nuevo que desde la vendimia se encuentra contenido en grandes tinajas de cemento (antiguamente de barro) y que se caracteriza por un sabor fresco y suave. Un vino blanco sin envejecimiento, totalmente natural, que no necesita filtrado, clarificado ni estabilización y que se puede probar en alguno de estos lagares o bodegas de la Sierra de Montilla y de Moriles Alto, las dos zonas de calidad superior de Montilla-Moriles.
El Lagar de Saavedra, uno de los pioneros en comercializar los vinos de tinaja y embotellarlos, actualmente no se puede visitar. Se encuentra también junto al Cerro Macho. Fotografía: Rosa Marqués.
El mes del vino para celebrarlo con amigos
“Aquí no se suele llamar mosto sino vino nuevo” comenta Charo Jiménez, presidenta de la Asociación de los Lagares de la Sierra de Montilla, en la que se encuentran seis escenográficos lagares de la Sierra de Montilla, conocida como la Toscana Cordobesa. Estos son Lagar Blanco, Lagar Los Borbones, Lagar Cañada Navarro, Lagar Saavedra (Bodegas Maíllo), Lagar Los Raigones y Lagar La Primilla, que es el que regenta Charo, con quien hablamos.
El Lagar Cañada Navarro, también junto al mítico Cerro Macho, en la Sierra de Montilla, es uno de los más antiguos. Su patio empedrado y su estructura así lo atestigua. Fotografía: Rosa Marqués.
“Las visitas suelen durar una hora y media sin tapeo, aunque existe la opción en algunos de estos lagares de tapear o de almorzar”, explica Charo. A los visitantes se les explica la historia de la Sierra de Montilla desde el siglo XIX, cuál es el proceso que sigue la uva desde el viñedo al interior del lagar y cómo llega el mosto a las tinajas… Cuando se visita la bodega de tinajas, a pie de estas, es el momento de probar estos vinos nuevos del año.
En el Lagar Los Raigones podrás conocer no solo el proceso de elaboración y crianza de los vinos –además de probar los vinos de tinaja–. También ofrece la posibilidad de conocer la elaboración del aceite de oliva virgen extra que producen. Fotografía: Rosa Marqués.
Cada lagar tiene una idiosincrasia, y te animamos a que descubras cuál es el que mejor se adapta a ti según tus necesidades: los hay más antiguos y con más sabor, los hay que ofrecen almuerzos con productos típicos y degustación de varios tipos de vinos, otros donde los niños son bienvenidos, y algunos donde se elabora vino y también aceite de oliva… Pero en definitiva, todos te ofrecerán un Vino Nuevo (y otros productos) al pie de la tinaja que es una experiencia única de este territorio que nunca está de más volver a repetir. De momento, solo hay un lagar de la Asociación de Lagares de Montilla que no hace visitas, que es el Lagar de Saavedra. El resto, es cuestión de concertar las visitas.
También en la Cooperativa de La Unión y en la Cooperativa de La Aurora, en Montilla, encontrarás la posibilidad de probar vinos de tinaja.
El Lagar de Casablanca, en Moriles Alto, tiene un encanto particular. Rodeado de viñedos, es una de esas visitas imperdonables de tu paso por Moriles. Fotografía: Javier Portero.
Otra opción es que realices con tu grupo de amigos una ruta entre dos o tres lagares de la Sierra de Montilla y termines almorzando en alguno que ofrezca este servicio. “En nuestra asociación reunimos lagares que se encuentran en la parte de la sierra conocida como Cuesta Blanca, junto al Llano del Espinar y también los que se encuentran en la Vereda del Cerro Macho. Si se recorre toda esta zona se tendrá una estampa muy interesante de lo que es la Sierra de Montilla”. Los tonos ocres del viñedo, el verde oscuro de los olivos y un relieve de suaves lomas ofrecen una estampa que es el mejor escenario para cualquier plan.
El entorno y la arquitectura del Lagar de Santa Magdalena, también en Moriles Altos, aunque no es visitable de momento, destaca por su singular belleza. Fotografía: Javier Portero.
Y de Montilla a Moriles en busca del vino nuevo, de sus lagares y bodegas
En Moriles también existe un nutrido ramillete de lagares y bodegas donde celebrar al Fiesta del Vino Nuevo y una asociación que los representa. Además, también son seis quienes la conforman, pero en este caso la componene no solo lagares sino “dos bodegas, dos cooperativas y dos lagares”, nos explica su gerente, Cristóbal Luque.
Otro de los lagares que saldrá a tu paso por las tierras albarizas de Moriles es este, el Lagar de los Frailes, que sí ofrece visitas enoturísticas. Fotografía: Javier Portero.
La asociación que nació en 2017 para “trabajar por la cultura del vino y remover obstáculos” nació de la unión de Bodegas San Pablo, Lagar de Casablanca, Bodegas Lagar del Monte, Bodegas Doblas, Cooperativa San Jerónimo y Cooperativa Virgen del Rosario.
Y aunque en Moriles existen algunos otros lagares más, con entornos también espectaculares en el emblemático Pago de Moriles Alto –léase el Lagar de los Frailes, el Lagar de Santa Magdalena o el Lagar de Benavides– de momento, estos no pertenecen a la asociación aunque sí que uno de ellos, Los Frailes, ofrece visitas enoturísticas.
Desde el pequeño mirador del Lagar del Monte, se tienen estas vistas de sus viñedos, en Moriles. Aquí también podrás probar el vino de tinaja. Fotografía: Javier Portero.
Una ruta que conecte los lagares de Montilla y de Moriles
Pero si algo está claro es que las posibilidades son numerosas y las dos rutas por los lagares de la Sierra de Montilla y por los lagares y bodegas de Moriles Alto se complementan. “Con los lagares de la Sierra de Montilla tenemos una sensibilidad muy parecida porque en ambas zonas prácticamente todo el territorio es de alta calidad” para el cultivo de la uva Pedro Ximénez, explica el gerente de la Asociación de Bodegas de Moriles. “Además nos enfrentamos a las mismas problemáticas, compartimos filosofía… y por eso, queremos trabajar conjuntamente el enoturismo, algo que no se ha hecho hasta ahora”, explica Crístóbal Luque.
“Tenemos claro que deberíamos unir ambas rutas o diseñar una ruta común para que la gente que se desplace a los lagares de Montilla también lo haga a los lagares de Moriles y los que vienen a Moriles terminen conociendo también Montilla”, señala.
